Desde la oficina de empresas, sabemos y conocemos perfectamente a nuestros clientes “a los solventes, a los que tienen problemas, etc. ”, por ello vamos viendo lo que puede caer, por desgracia y también lo que permanece, afortunadamente. Siempre hemos buscado la forma de que el tejido empresarial sobreviva. Conocer no es nada nuevo para una oficina de cooperativa de crédito. Trabajar para reactivar naves y locales, si.
Nuestra gestión acerca de los activos es identificar futuras necesidades en el entorno. Las derivadas de necesidades de ampliación, las derivadas de problemas con arrendadores, las derivadas de la incorporación de familiares al negocio, … intentar tener una cartera viva de posibles compradores para los activos que suponemos que nos adjudicaremos. Así reducimos los tiempos de inactividad.
Hasta la fecha hemos conseguido vender inmuebles y varias naves en Soria. En todas se ha reiniciado actividad. Todas vuelven a tener personas trabajando en su interior, bien por ampliación de la habitual o bien por diversificación. Por participar de esto nos consideramos unos afortunados. Sabemos de futuras entradas. Bien por negociación o bien por ejecución de garantías ante los administradores concursales. En nuestras reuniones de trabajo, la oficina identifica futuras necesidades y se consulta con los potenciales interesados, creando cartera.
La confianza de los clientes en la oficina es un elemento fundamental. El momento en el que recibimos el precio de referencia y las llaves del inmueble, ponemos en marcha el plan de trabajo.
Por lo anteriormente expuesto, consideramos estamos haciendo bien nuestro trabajo en la devolución a la “vida” de las naves y de los locales, si bien estamos siempre abiertos a escuchar y de esa manera poder mejorar si cabe los consejos que se nos pudieran dar al respecto.
Por Jesús Romero y Cesar Vinuesa
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