No permitamos la vuelta a las malas prácticas inmobiliarias: la transparencia, implacable.
En 2016 lo mas importante va a ser permanecer en guardia. Las noticias sobre el sector inmobiliario tienen un cierto olor narcótico y falso. La tecnología de las comunicaciones y los nuevos paradigmas basados en la ética y vigilados por la transparencia podrán mantenernos a salvo evitando los retornos hacia las malas prácticas inmobiliarias del pasado.
Esas “prácticas” que colaboraron en la creación de nuestra burbuja inmobiliaria y devaluaron de forma tan brutal el precio de nuestros inmuebles. Aquellas opacidades que se transformaron en engaños. Son formas de trabajar de las que hay que abominar, de las que hay que alejarse.

Aparentemente, los que han tenido beneficios en la reciente “devaluación de nuestras casas” nos vuelven a enviar sus troyanos inmobiliarios: El troyano del Sareb. El troyano de la salida al mercado de lo que quizá se haya mantenido en balance a precios del 2005. Los troyanos derivados de “noticias interesadas” a ambos lados y en periodo de proceso electoral. Los troyanos de los conceptos erróneos que nos “cuelan” y que a veces adoptamos sin cuestionar. Los troyanos de los que ya nos ven como un “país barato”, casi de saldo. Los troyanos de los que van a financiar nuevamente “cualquier cosa” sobre nuevas tasaciones inaceptables. ¿Se está reorganizando la legión de troyanos inmobiliarios y calendarizando su próxima burbuja?.
La especulación puede parecernos atractiva. Esa es la mayor baza de los que quieren “titerearnos”. Una nueva burbuja podría devaluar mas aun si cabe, nuestra casa, nuestros campos de cultivo, las granjas, el local, la nave, las oficinas, … . En definitiva, nuestras propiedades. Esas que “les interesan” y que necesitamos para vivir nosotros y nuestros hijos. Esas que nosotros y nuestros hijos necesitaremos para trabajar libremente. Capitalicemos las habilidades entrenadas y las adquiridas según el modelo trebia de trabajo en ética y transparencia implacable de la información (#Tii).
Pidamos a todo nuestro entorno que no se deje engañar y que no baje la guardia. Ética y transparencia pueden evitar engaños y “recalentamientos” que ya sabemos que se traducen en valores dudosos y efímeros de los activos. Con todos esos riesgos a la vista, el 2016 puede ser el de mayor crecimiento defendiendo y difundiendo lo conseguido en el ámbito inmobiliario bajo el modelo trebia. Se puede conseguir rentabilidad particular a través de la rentabilidad general utilizando comportamientos y modelos honestos. No alojemos troyanos con malas prácticas y sumemos las herramientas digitales y de comunicación para estar siempre informados. Atraigamos “al resto del mundo inmobiliario” hacia el permanente crecimiento de nuestro modelo ético en trebia.
Por Javier Gracia Bernal
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