Los fondos y otras entidades financieras han incrementado su presencia en el mercado inmobiliario español durante los últimos años. El ladrillo se ha convertido en uno de los sectores españoles más atractivos para este tipo de inversores, muchos de ellos extranjeros. Su papel ha sido clave en el fuerte crecimiento que ha experimentado la economía española tras la recesión de 2008.
Como referencia, los últimos datos publicados por CBRE (recogidos por La Vanguardia este mes) revelan que este tipo de inversores, la mayoría de Europa y Estados Unidos, invirtieron 2.600 millones de euros el año pasado en España, un 24% más que en el 2019. El segmento donde se concentraron las operaciones fue el residencial, con el 28% del total de la inversión, superando a oficinas, hoteles, naves logísticas o centros comerciales.
Así, en 2020 una de cada cuatro viviendas que se vendieron en España fue comprada por una empresa, diez puntos más que en el 2019. Durante el primer trimestre de este año, la demanda se ha mantenido en una línea similar y la vivienda sigue liderando la inversión de los fondos, con 771 millones de euros, una cifra que representa el 47% de la inversión inmobiliaria total.
Dentro de España, Madrid es el principal mercado en el que operan este tipo de inversores. Allí se concentró el 67% de la inversión del año pasado, muy por encima del dato de Barcelona, debido a una mayor disponibilidad de suelo. Y es que los inversores están buscando principalmente grandes parcelas para invertir en viviendas para alquilar ( build to rent ) o para promociones, en un mercado como Madrid, con una fuerte demanda de vivienda. La promoción de viviendas, además, tiene la ventaja de que puede adaptarse llegado el caso a las necesidades de la demanda actual, habilitando por ejemplo espacios comunes de coworking para el teletrabajo.
La entrada de nuevos jugadores en el mercado inmobiliario es un fenómeno global, tal y como ha analizado este mes eldiario.es. Real Capital Analytics, una de las empresas más importantes de análisis global de transacciones inmobiliarias, ha recopilado información sobre las grandes compras de apartamentos que se han llevado a cabo en 16 grandes ciudades durante los últimos años. En 2009, tras el inicio de la crisis, las grandes compras (al menos 10 unidades residenciales por operación) se situaron en 8.000 millones. Desde entonces se han disparado hasta superar un volumen de 65.000 millones.
Madrid, pese a liderar en España este tipo de operaciones, no es una de las capitales donde más han operado los fondos. Por delante se sitúan otras como Berlín (41.000 millones), Londres (27.000 millones) o Ámsterdam (23.000 millones), por citar al menos tres ejemplos.
«Si tienes que invertir cantidades de dinero realmente elevadas, por ejemplo si eres un fondo de pensiones multimillonario, no puedes invertir todo tu dinero en renta variable o divisas. Las fluctuaciones son demasiado altas, el riesgo demasiado grande. Por ello, una parte importante del dinero de los fondos de pensiones, las sociedades de gestión de activos y las ricas family office que se invertía clásicamente en bonos del Estado de bajo riesgo buscaron el ladrillo», explica Tom Leahy, analista sénior de transacciones inmobiliarias de Real Capital Analytics, en el mencionado artículo.
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