Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla o Zaragoza se han consolidado durante las últimas décadas como la tierra prometida a la que huyen sin retorno personas de diferentes puntos de la geografía nacional en busca de un futuro prometedor. Son la locomotora que mueve una España a dos velocidades, en la que unos lugares se consolidan como centros de dinamismo económico mientras otros languidecen a la espera de dar con la tecla que les permita su esplendor.
Este problema no sólo afecta a los pueblos rurales, sino también a algunas de las urbes de tamaño mediano, que tan importantes son para fijar residentes en los pequeños municipios cercanos y para lograr una distribución homogénea de la población en todo el territorio, como ocurre en otros países europeos como Francia y Alemania. Según el INE, el 39,9% de la población empadronada en España reside en municipios mayores de 100.000 habitantes.
Romper esta inercia histórica a la concentración requiere tiempo y que estos municipios o ciudades medianas gocen de unos servicios sanitarios, educativos, o de conectividad, que permitan un bienestar adecuado. Por ahora, más allá de otras iniciativas, la Administración central ha dado un paso al frente impulsando el Plan de Descentralización de los Recursos, que se traduce en iniciativas encaminadas a que «la población rural y de ciudades medianas tenga las mismas oportunidades que la de las grandes urbes». Un ejemplo de ello es el traslado a Soria del Centro de Proceso de Datos de la Seguridad Social.
Además de todo lo anterior, los municipios de estas características tienen el reto de aprovechar sus potencialidades y recursos como vía para especializarse. Los demás también tenemos el reto de identificar esas potencialidades a favor de nuestra propia actividad. Además, lejos de ser un hándicap, las zonas despobladas también pueden tener atractivos sobre los que construir su propuesta de valor.
Este mes de agosto ponemos como ejemplo el caso de Tudela de Duero, situado a tan solo unos kilómetros de Valladolid. En el polígono TuDuero hay naves industriales de más de 500 metros cuadrados, sobre parcelas de 1.000 metros cuadrados, con el foco puesto en acoger proyectos en materia de agroalimentación y nuevas tecnologías. Y junto a la autovía Soria – Valladolid.
¿Cuál es la potencialidad de esta zona? Tudela de Duero se ubica a las puertas de la D.O. Ribera del Duero, en una provincia como Valladolid y una comunidad como Castilla y León, donde la agroalimentación tiene un gran peso en la economía local. Su ubicación es estratégica y sus perspectivas de futuro son alentadoras, ya que su futura conexión a la A-11 reforzará todavía más el corredor Valladolid-Aranda de Duero, siendo esta zona una de las más industrializadas de nuestra región.
Por ubicación, instalaciones y proximidad a la administración —el Ayuntamiento de Tudela de Duero ofrece asesoramiento a los emprendedores interesados y su disposición a agilizar todos los trámites en la medida de lo posible—, este enclave logístico está llamado a acoger proyectos de envergadura para la zona en la nueva economía post-Covid.
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