El mercado laboral, al igual que ocurre en otros ámbitos sociales y económicos, está inmerso en un pleno proceso de transformación y digitalización. Las empresas cada vez externalizan más servicios, mediante la contratación de profesionales freelance que operan por proyectos. Además, son cada vez más proclives a facilitar que sus empleados trabajen de forma puntual a distancia —el conocido como teletrabajo—, siempre y cuando sus tareas y funciones se lo permitan. Al mismo tiempo, hay profesionales que prefieren prestar todos o parte de sus servicios a distancia y, en ocasiones, prefieren no hacerlo solos.’
Esta mayor flexibilidad laboral ha favorecido la proliferación en todas las provincias de España de los conocidos como ¨coworking¨. Un tipo de espacios de trabajo que están concebidos para que startups, autónomos o incluso trabajadores de grandes compañías con derecho a teletrabajo, entre otros perfiles, puedan desarrollar sus tareas, en un entorno colaborativo y similar al de una oficina.
Este fenómeno, el de los ¨coworking¨, ha supuesto toda una oportunidad para naves y locales que se encuentran en desuso, sin visos de volver al mercado. Un ejemplo de caso de éxito en este sentido lo ha protagonizado Trebia, quien en 2013 supo interpretar el potencial que tenían estos espacios facilitando la reconversión de un antiguo local de restauración de Soria capital en un centro de coworking.
El ¨boom¨ de este tipo de espacios se observa en estadísticas como las que maneja Coworking España, quien detalla que el número de puestos de trabajo disponibles en este tipo de centros ha pasado de los 13.000 al cierre de 2013 hasta los 37.700 a finales de 2018. Hay más. Si lo que se compara es la superficie de metros cuadrados disponible ha evolucionado durante este mismo periodo de tiempo desde los 132.000 hasta los 655.000. La mayoría de ellos, según la misma fuente, se ubican en las ciudades con mayor población como es el caso de Madrid y Barcelona.
¿Qué aspectos se deben de tener en cuenta antes de transformar un local o una nave en desuso en un espacio de oficinas tipo «coworking»? Los expertos apuntan que, en primer lugar, es importante verificar qué usos puede tener el activo, para lo cual cobra especial importancia consultar la normativa municipal en materia de urbanismo. Además, es importante valorar los aspectos técnicos del espacio, qué posibilidades ofrece y qué inversión requiere acometer un cambio así. Al mismo tiempo, también es recomendable llevar a cabo un estudio de mercado para identificar su viabilidad.
Sea viable o no el empleo de naves o locales como espacio de «coworking», lo cierto es que la inversión en este tipo de activos inmobiliarios ha repuntado durante los últimos meses, debido a que su adquisición para su posterior arrendamiento ofrece rentabilidades por encima del 4% en función de las propias características del activo, su ubicación, etc. Un retorno superior al que ofrecen muchos productos financieros, en el actual contexto de tipos de interés ultrabajos.
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