Trebia concentra su cartera de activos en Soria, Valladolid y Zaragoza. En la provincia aragonesa, la inmobiliaria ética de Caja Rural de Soria dispone de una cartera de activos formada por naves, terrenos y locales, que constituyen toda una oportunidad para aquellos emprendedores que desean desarrollar una actividad empresarial, así como para potenciales inversores interesados en obtener una rentabilidad determinada.
El blog de Trebia se traslada este mes a la capital aragonesa para hablar con José Fernando González, Jefe de Zona de Caja Rural de Soria en Zaragoza, quien detalla en esta entrevista cómo están trabajando en esta provincia para poner en valor los activos inmobiliarios de los que disponen.

Pregunta.- ¿Cómo es la cartera de activos inmobiliarios de Caja Rural de Soria en la provincia de Zaragoza?
Respuesta.- En la actualidad, en Zaragoza tenemos sobre todo terrenos urbanos y rústicos, que están ubicados en la capital, Cuarte de Huerva, La Muela y Grisén; y naves industriales, que se sitúan en el polígono Empresarium. Asimismo, también disponemos de un local en Zaragoza capital.
P.- Pese a la pandemia están cerrando nuevas operaciones.
R.- Sí, pese a la Covid-19 seguimos trabajando e intentando poner en valor todos los activos inmobiliarios de los que disponemos. Por poner un par de ejemplos, estamos cerrando la venta de un terreno urbano en Zaragoza y, recientemente, hemos traspasado un local —también en la ciudad— a un emprendedor que necesitaba un espacio como ése para desarrollar su proyecto.
P.- Cómo es la relación con los potenciales clientes.
R.- Más allá de vender o alquilar un determinado activo, ponemos el foco en intentar captar a los clientes a través de una oferta integral, que incluye asesoramiento, acompañamiento en su actividad, financiación y generación de actividad económica. Todo ello es un buen elemento diferenciador. Sobre todo en el tema de las naves, intentamos orientar a las empresas y les asesoramos en el desarrollo de sus negocios y les apoyamos en la generación de empleo. Queremos que las naves tengan actividad, recorrido y sean fuente de generación de desarrollo económico. En Empresarium, por ejemplo, tenemos algún caso de este tipo: emprendedores a los que hemos apoyado desde el principio, que siguen con nosotros y que también son clientes de la entidad.
P.- ¿Cómo se encuentra el mercado inmobiliario en Zaragoza?
R.- Es una pregunta complicada. Cuando hablamos del mercado inmobiliario debemos diferenciar los diferentes segmentos. Si hablamos de locales y naves, por ejemplo, en Zaragoza hay una oferta muy amplia de activos, porque ya antes de la crisis financiera de 2008 se desarrollaron polígonos muy importantes en la zona como Plaza, Empresarium o Villanueva de Gállego. En Huesca y Teruel también hay casos concretos. Estos, además, surgieron para competir con la oferta ya existente: polígonos consolidados con oferta disponible como los de Malpica o Alfidén.
Llegó la crisis, la oferta de naves y locales era exagerada, pero no había demanda, por lo que los precios bajaron. Con la recuperación económica posterior y la corrección de los precios, esa situación se ha ido corrigiendo durante los últimos años hasta ahora, de la mano de un aumento de la demanda (al caer los precios han surgido nuevos perfiles de clientes que antes no se planteaban adquirir una nave). Sin embargo, la Covid-19 ha generado un escenario de cierta parálisis e incertidumbre. Debemos ser prudentes.
Si hablamos de vivienda, por ejemplo, la evolución ha sido diferente. Cuando estalló la crisis dejaron de hacerse nuevas promociones pero cuando se ha afianzado la recuperación económica la actividad promotora ha crecido mucho y la demanda también lo ha hecho mucho más que en el caso de las naves y locales. Ahora, también se percibe cierta estabilización de la actividad, porque el mercado está expectante a ver cómo evoluciona la pandemia.
En el caso de los solares, que son aquellos que tienen todos los servicios desarrollados y ya puedes edificar, observamos que sigue habiendo demanda por ejemplo por la zona de Cuarte de Huerva. Son clientes que quieren construir una vivienda unifamiliar. En el caso de los terrenos urbanos, todavía pendientes de desarrollo, los plazos de maduración son más largos y el promotor lo que busca más es el ahora. A la hora de vender un terreno depende mucho del horizonte temporal que resta para poder construir y también de la ubicación donde esté.
P.- ¿Cómo es el perfil de cliente interesado en este tipo de activos inmobiliarios al que os dirigís?
R.- Varía mucho en función del tipo de activo. Cada uno tiene su perfil. Si pensamos en locales y naves, por ejemplo, nos encontramos sobre todo con clientes que quieren comprar o alquilar un activo como éste para su negocio. Por el tipo de naves industriales de los que disponemos en Zaragoza ahora mismo (rondan los 200 m2), trabajamos sobre todo con autónomos. En el caso de los terrenos, buscamos inversores con un horizonte para la inversión de medio o largo plazo, en función del tipo de suelo.
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