El mercado inmobiliario se encuentra en plena transformación digital, en línea con lo que sucede en otros ámbitos económicos y sociales. Las nuevas tecnologías tienen una presencia cada vez mayor en este sector. Un ejemplo de ello es la impresión 3D. Una técnica que ha revolucionado la construcción de viviendas a nivel global, porque permite la edificación de casas en un periodo de tiempo muy reducido y con un coste económico muy competitivo. Este mes, el blog de Trebia pone el foco en el potencial que tiene este tipo de técnica.

¿Qué es la impresión 3D? Conocida como fabricación por adición, es una tecnología que permite la creación de objetos físicos mediante la colocación de materiales en capas, de acuerdo un modelo digital ya diseñado previamente. Es decir, permite la reproducción física de elementos geométricos más o menos complejos que se han diseñado previamente en ordenador. Para ello, tienen que trabajar de forma conjunta diferentes herramientas de software, hardware y los propios materiales elegidos para la construcción.
Este tipo de tecnología se puede utilizar para crear cualquier tipo de producto a partir de un prototipo inicial ya elaborado, cuya complejidad puede ser básica o compleja. Por ejemplo, la impresión 3D puede fabricar desde piezas sencillas hasta edificaciones o implantes médicos y órganos humanos artificiales (a partir de capas de células humanas).
En el ámbito inmobiliario, la impresión 3D se encuentra en plena fase de desarrollo. Aunque todavía tiene margen de mejora, esta tecnología ya está dando sus primeros pasos tanto en España como en el resto del mundo. La lista de proyectos constructivos que han empleado esta técnica va en aumento. En nuestro país, por ejemplo, la startup Be More 3D construyó en 2018 la primera vivienda de estas características. Es de hormigón, tiene una capacidad de 24 m2 y se edificó en Valencia.
En México, por su parte, la ONG New Story ha iniciado un proyecto para construir viviendas fabricadas con impresoras 3D. El proyecto, que está orientado a que las personas más desfavorecidas puedan tener un hogar, supone la creación de medio centenar de viviendas, con unas dimensiones de unos 50 m2. Un tercer caso está en Dubái, que sigue batiendo récords. Allí, la empresa especializada en la construcción de robots Apis Cor ha puesto en marcha un edificio de oficinas de dos pisos, con una altura de 9,5 metros y una superficie de 640 m2. Es la edificación más grande que se ha construido hasta la fecha con esta técnica.
El potencial de esta técnica constructiva
Aunque suena a quimera, la impresión 3D es una técnica con futuro. Sin ir más lejos, la ciudad de Dubái, por ejemplo, prevé que el 25% de sus edificios se hayan construido con esta tecnología antes del año 2030. ¿Por qué este tipo de alternativa a la construcción tradicional o prefabricada está en auge? La clave reside en las dos ventajas competitivas que ofrece.
La primera de ellas consiste en que la impresión 3D reduce el tiempo de construcción de un inmueble en comparación con otros procesos de construcción convencionales o prefabricados (una impresora de este tipo puede trabajar mañana, tarde y noche de forma ininterrumpida). La segunda gran virtud radica en que permite hacer un uso más eficiente de los recursos y las materias primas, reduciendo de esta forma la generación de escombros y otros desperdicios. En la práctica, la startup Be More 3D explica, por ejemplo, que la estructura de una vivienda de 70 metros cuadrados se puede levantar en menos de 24 horas y su coste final puede rondar los 50.000 euros.
El desarrollo de la impresión 3D supone toda una oportunidad para aquellos inversores que quieran adquirir terrenos orientados a la construcción de viviendas u otras edificaciones. Lo mismo ocurre con las personas que tienen interés en comprar un solar para una finalidad similar. Y es que aunque parezca mentira, la ¨impresión¨ de casas es una técnica cada vez más empleada dentro del sector inmobiliario.
Deja una respuesta